miércoles, 10 de octubre de 2007

sin vanidad, por favor

"Si el diseñador editorial debe renunciar al protagonismo, dejando en el autor toda la responsabilidad de aburrir o divertir, ¿qué queda, entonces, para hacer un arte del trabajo editorial? Mucho... concebido como un rudimentario rectángulo gris, el bloque de letras no debe ser una fría mancha en el papel. Equilibrar y armonizar el texto significa un reto emocionante; lograrlo, pasando inadvertido, es un arte sublime".

Jorge de Buen Unna, Manual de diseño editorial, Santillana, 2003

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