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viernes, 30 de julio de 2021

Roberto Calasso (1941-2021)


¿Por qué es importante que la edición esté en manos de personas y no solo de organizaciones y maquinarias gigantescas y anónimas? Esta es una de las preguntas que podrían aglutinar el conjunto de ensayos de Roberto Calasso, La marca del editor (Anagrama, 2014). El libro no ofrece una respuesta sistemática, ni intenta ser un diagnóstico concluyente sobre el mundo editorial, pero sí establece una postura: el editor importa y su creciente exclusión por los grandes consorcios empobrece la cultura. ¿Por qué Calasso, el devorador y asimilador de mitologías, se ocupa del tema? Porque ha sido mucho tiempo director de Adelphi, la legendaria editorial italiana, dueña de uno de los más relevantes catálogos contemporáneos. No extraña que buena parte de este libro sea autorreferente y evoque el origen y evolución de su editorial, así como a algunos de sus amigos, interlocutores y competidores más entrañables. Destaca el retrato del ambiente ideológico en que su editorial se desarrolló (la acusación de seducción subliminal y disolución revolucionaria que le hacían los radicales), así como los apasionantes pormenores de las apuestas del gusto y las hechuras editoriales de Adelphi. Porque la conexión invisible entre editor, autor y lector se opera tanto por la elección del catálogo, como por los detalles más menudos de la portada, la solapa, la selección del papel o el tamaño de la tipografía. De modo que en el buen editor pueden conjuntarse una serie de virtudes como el carisma y la apertura para incorporar autores y temas; la intuición comercial para hacerlos circular y canalizarlos a sus auditorios naturales, y el rigor artesanal para crear objetos bellos, que inciten la voluptuosidad del contacto físico con el libro.

Sin editor los libros son desprovistos de su parentela, de su historia, de sus conexiones más sensibles y de muchos de sus atributos materiales. Por eso, la marca del editor, dice Calasso, no es una seña mercadotécnica, sino un rasgo nacido del ejercicio del juicio. Un editor ejerce el juicio cuando revive obras del pasado que considera deben preservarse; cuando apuesta por obras nuevas cuyas potencialidades parece conocer más que los propios autores o cuando dice “no” a los prestigios postizos o a los poderosos que quieren figurar. Solo un editor que ejerce a plenitud el juicio puede cristalizar y albergar la noción de libro único (ese acontecimiento excepcional en la vida que se traslada prodigiosamente a la literatura y que, más que escribirse, sucede). De hecho, el propio editor es autor de un libro único, su catálogo conjunto, que se va publicando con diversas voces y diversos fragmentos, los cuales se van reconociendo y conectando. El gran editor no trabaja fuera del mercado, pero no se rinde al mercado: ofrece una alternativa contra el creciente fenómeno de uniformidad y banalización y una resistencia activa y gozosa a las nuevas, tan pueriles como siniestras, apologías de la barbarie.

lunes, 22 de febrero de 2021

Edición y creatividad - Gabriel Zaid

«Los milagros parecen depender de la creatividad de muy pocas personas, que se exigen más y se toman en cuenta unas a otras (no siempre amistosamente); y que, cooperando o compitiendo, suben de nivel la producción hasta entonces conformista. Y, entre esas pocas personas, tienen un papel central los editores, en el amplio sentido latino de la palabra. Muchas obras importantes nunca hubieran sido creadas sin la presencia activa de un editor que organiza la conversación y crea el ambiente estimulante para leer y escribir, ver y pintar, escuchar y componer música, discutir, criticar, investigar. La animación creadora es invisible en las mediciones del PIB, pero sube de nivel la vida y tiene un efecto multiplicador hasta en la productividad material. El editor no crea la creatividad (latente o viva en toda persona), ni la obra del creador: crea la resonancia entre capacidades diversas, empezando por la capacidad de leer creadoramente, que es la suya, y la que pone en marcha la conversación...»

En «Lo que pedía nacer», Letras Libres, noviembre 2001. 


lunes, 27 de junio de 2016

Criterios editoriales - Mario Muchnik

«¿Cuáles eran mis criterios? En primer lugar que el autor supiera escribir. Hay muchos autores cultos que no saben escribir. Y no me refiero únicamente a ese oído musical imprescindible para que la prosa “cante”, como puede cantar a veces la poesía. Me refiero sencillamente al saber usar los verbos, saber conjugar; al saber deletrear y acentuar las palabras; al tener una noción de la función de los puntos y las comas; en una palabra, al haber aprendido alguna vez lo que se enseña en las escuelas primarias. Es sorprendente hasta qué punto escritores de ley presentan manuscritos que, juzgados sólo por reglas gramaticales, serían rechazados por maestros de instrucción básica.

En segundo lugar, el contenido de la primera página. Siempre dije: una novela debe comenzar en la página 1. Es igualmente sorprendente la cantidad de autores que se sienten en la obligación de explicar la novela antes de entrar de lleno en ella. Y aunque en una novela como José y sus hermanos Thomas Mann inflija al lector unas cien páginas de filosofía antes de poner en marcha la acción, no perdamos la perspectiva y el sentido de la medida: Thomas Mann, como Lev Tolstói, era capaz de transformar cien páginas de filosofía en novela mediante el arte consumado de su prosa. Otros autores no lo son.»

miércoles, 23 de marzo de 2016

El rol de los editores frente al plagio - Esther Vargas

«Los editores tenemos que prevenir el plagio. Si bien es una responsabilidad ética del periodista con sus lectores, los que dirigimos las salas de redacción debemos reflexionar sobre un tema del que poco se habla: ¿Acaso no estamos asignando demasiadas tareas a nuestros reporteros-redactores? ¿No será que por las exigencias del tiempo real estamos incentivando el copy paste? ¿Será posible que por cumplir, el reportero-redactor termine haciendo copy paste desesperadamente para no perder el trabajo?

»En redacciones precarias, cada vez más pequeñas y sin recursos, los propios editores impulsan un flujo frenético de notas por el bendito tráfico. Esta práctica a la larga sale cara. La calidad se resiente y periodistas no bien formados que buscan reconocimiento rápido optan por el copiar y pegar. Comienza quizás de la forma más inocente: con un citado a medias de la fuente (o en otras palabras, la curaduría mal entendida). Cuando se produce un plagio pierde el periodista y el medio. Así que los medios deben preocuparse en serio por estas cuestiones.

»Un curtido periodista me dijo esta semana que un profesional con principios éticos jamás plagiaría. Y tiene razón. Sin embargo, considero que la ética se construye. La universidad es el primer y principal espacio que tiene el estudiante de periodismo para confrontar la realidad, para conocer las exigencias del oficio y aprender a citar con el rigor de un cirujano.

»Las casas de estudio no siempre son las mejores escuelas. Tenemos también profesores apurados, saturados de horas de trabajo, mal pagados, que dictan clases en hasta cuatro sitios para llegar a obtener un salario digno. ¿Este profesor está en capacidad de revisar minuciosamente el breve ensayo de un alumno? Algunos profesores sí lo hacen. Otros seguro que no. Por eso, en las redacciones, los editores tenemos una tarea pedagógica con los periodistas recién egresados que llegan: hay que descubrir cómo están formados, de qué están hechos, qué valores tienen.»

Completo en Ética Segura

viernes, 3 de julio de 2015

Relación autor-editor desde la academia

Fragmento de "La edición y la literatura como campos sobrepuestos. Breve apunte sobre su estudio", de Nuno Medeiros. Universidade Nova de Lisboa.
Acta Literaria núm. 42, Concepción,  2011

Es al autor, como figura fuertemente investida de carga simbólica aliada a la relación -conflictiva o armoniosa- con su(s) editor(es) como par que labora en la negación de lo económico (Bourdieu, 1994) y en la apología de la pureza del producto intelectual y cultural, que cabe gran parte de la responsabilidad de la representación ampliamente aceptada y reproducida que asimila la edición de libros al género literario. Este factor conspira, en el entendimiento de Bertrand Legendre (2009), con otros dos en la explicación de esta vinculación que tiende a restringir el acto editorial al dato literario: la atención mediática que la edición literaria recibe, por contraste con otros géneros editoriales, y los usos y prácticas de lectura que se diferencian justamente según las categorías editoriales, normalmente más transversales en el mercado de libros literarios. Construida por un conjunto de prácticas, discursos, consumos y posicionamientos en relación a un campo simbólico y a un mercado encuadrado mediáticamente de modo particular, la idea de que la realidad de la edición se reduce al fenómeno literario acaba por constituir la expresión de un conjunto de procesos de filtraje de esta realidad, de ella construyendo socialmente una percepción conforme con los desiderátums y las estrategias de un número de agentes con intereses específicos en ese campo y en ese mercado (Medeiros, 2009), ya sean esos intereses suscitados por la necesidad de edificar una reputación artística o de ampliar el espectro de potenciales compradores del libro (Bourdieu, 1977; 1992).

viernes, 12 de septiembre de 2014

Para un Carreño editorial

"La edición no es una ciencia exacta. Tiene mucho de opinión, enfoque, subjetividad. Se arraiga en la experiencia personal, en la formación académica, en los intereses y hasta en las ideologías y discursos que nos atraviesan. Reconocerlo y hacerlo explícito al hacer nuestros comentarios es beneficioso, porque hacer observaciones es iniciar un diálogo, no crear un pulso de poder. Esta técnica contribuye a que las observaciones no se perciban como un ataque y permite que el autor las analice con una actitud más receptiva".

viernes, 22 de noviembre de 2013

Slushkillers

"Cuando se recibe tal número de manuscritos debe hacerse una criba. Alguien tiene que ocuparse de analizar qué debe examinarse con calma y qué está claro que no interesa.
Si crees que es injusto, te recuerdo que cualquier profesional te dirá que la lectura de unas páginas aclara mucho sobre un manuscrito, tanto como para saber si debe descartarse. Y es que, como de seguro sabes por tu experiencia con el mando a distancia, hay cosas que saltan a la vista.
Esto tiene un nombre: en inglés el equivalente de «cribador de manuscritos no solicitados» es slushkiller. 
¿Verdad que suena a supehéroe?
No me lo acabo de inventar, qué más me gustaría. Que yo sepa, el término lo acuñó una autora de ciencia ficción llamada Teresa Nielsen Hayden, que también se gana la vida como editora. De hecho, no se le caen los anillos por autodefinirse como «una entre tantos malditos hijos de perra que se dedican a rechazar manuscritos».
Una slushkiller."

sábado, 9 de noviembre de 2013

30 libros sobre libros

Del blog de Daniel Heredia les compartimos 30 libros que hablan, mediante ensayo o ficción, del mundo del libro, del mundo librero, de la edición. Hay quien escribe para contar historias o compartir mundos que le gustaría leer. Personas y personajes que aman los libros hasta el punto de viajar por ellos o incluso matar, para una biblioteca personal o para comercializarlos en su comunidad. Para rescatarlos. O editarlos, que a veces, sí, es peligroso. Todo amor lo es.

Diez libros sobre libros: lecturas inevitables si usted es bibliófilo, bibliómano, bibliópata y/o un enfermo del libro

Diez libros sobre libros II: lecturas inevitables si usted es bibliófilo, bibliómano, bibliópata y/o un enfermo del libro

Diez libros sobre libros III: lecturas inevitables si usted es bibliófilo, bibliómano, bibliópata y/o un enfermo del libro

Quizá falte también en esta lista, entre otros, El Club Dumas, de Arturo Pérez-Reverte, donde Corso, un pirata literario, viaja para conseguir a cualquier costo ediciones raras, incunables, ediciones príncipe.

En lo personal, si de este tipo de libros se trata, son dos mis favoritos: El péndulo de Foucault, de Umberto Eco, y Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino. Ambos autores saben de lo que hablan, enamoran al lector, son humorosamente amorosos (y viceversa). Eco nos muestra a una editorial que construye una historia conspiranoica, y en el proceso encuentran más de lo que quisieran. Calvino nos lleva con el Lector a buscar el último libro de Calvino, a su amor con la Lectora, a estilos disímiles y lecturas en biombo, al goce del libro y del lenguaje.


viernes, 4 de octubre de 2013

XII Foro Internacional de Editores


El libro y la lectura. Mutaciones de un ecosistema

El mundo de la edición, la librería y la lectura fue relativamente estable durante 200 años. Hasta hace no demasiado tiempo, todo parecía indicar que así continuaría, a excepción de pequeños cambios. Nadie creía que las funciones tradicionales del autor, el editor, el distribuidor y el librero ni las maneras de leer sufrirían mutaciones radicales. Sin embargo, desde hace menos de una década, el acceso masivo a la Internet y la irrupción de las nuevas tecnologías comenzaron a modificar el ecosistema del libro y la lectura.

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara tiene como tarea crucial contribuir a la mejor comprensión del escenario profesional y los desafíos que los actores deben enfrentar. Este año el Foro Internacional de Editores y Profesionales del Libro pone especial atención a la revolución que afecta al mundo profesional.

El foro aspira a trazar un panorama actual de los cambios en los roles profesionales de los actores de la cadena del libro, a discutir los riesgos y cómo enfrentarlos, a integrar nuevos actores al proceso del libro y lectura, así como las expectativas de los lectores, y finalmente, a plantear la armonía y los conflictos que subyacen entre los soportes tradicionales y los nuevos formatos digitales.

Guadalajara, Jalisco, 3 y 4 de diciembre de 2013. Programa preliminar por acá.

jueves, 15 de agosto de 2013

Eco: "Con una ojeada..."

"Trabajo en una editorial, y por una editorial pasan cuerdos y locos. La función del redactor consiste en reconocer a los locos con una ojeada […] Cada uno de nosotros de vez en cuando es un cretino, un imbécil, un estúpido o un loco. Digamos que la persona normal es la que combina razonablemente todos esos componentes o tipos ideales. […] El estúpido es muy insidioso. Al imbécil se le reconoce en seguida (y al cretino ni qué decir), mientras que el estúpido razona casi como uno, sólo que con una variación infinitesimal. Es un maestro del paralogismo. No hay salvación para el redactor editorial, debería emplear una eternidad. Se publican muchos libros escritos por estúpidos, porque a primera vista son my convincentes. El redactor editorial no está obligado a reconocer al estúpido. No lo hace la academia de ciencias, ¿por qué tendría qué hacerlo él?

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Umberto Eco, El péndulo de Foucault.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Se lo necesita

"El editor, además de publicar el libro, y ponerle su sello, que es algo distintivo, esencial, para llegar al lector con la impronta de una colección o de un nombre que lo distinga de otras procedencias, es quien orienta al escritor en sus momentos de vacilación. Y no sólo eso: lo orienta para que publique y también para que no publique, para que no se exceda o para que se exceda. Lo orienta para que sea mejor escritor, para potenciarlo, no para controlarlo; para ayudar a que sea lo que quiere ser. El resultado de esa función es mejor cuanto más anónima sea; el editor trabaja para que sobresalga el escritor, no para que sobresalga él mismo. Las tentaciones de los editores de ponerse delante de los autores acaba siempre en fracaso, porque la función del editor es la del confesor, no la del publicista."

Juan Cruz, "Necesidad del editor", en El País, 31 de mayo de 2013.

lunes, 12 de agosto de 2013

Profesionales de la edición rechazan acuerdo SEP-Academia Mexicana de la Lengua

La Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición, AC (PEAC), que desde hace dos décadas pugna por defender los intereses y derechos de los correctores de estilo, al tiempo que imparte cursos para su capacitación, recibió con desaliento la noticia de que la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Academia Mexicana de la Lengua (AML) firmaron un convenio de colaboración como resultado de los errores gramaticales y de conceptos encontrados en los libros de texto gratuitos para el ciclo escolar 2013-2014.

Si bien, según el comunicado 115 de la SEP, este convenio será para establecer una política nacional de materiales educativos y para que los textos gratuitos sean vehículo del buen español, también indica que la Academia revisará el uso correcto de las normas gramaticales, ortográficas, de sintaxis y del léxico en esos materiales. Todo sería una buena noticia de no ser porque la AML asume funciones que no le corresponden ya que ése es un trabajo específico de los profesionales de la corrección.

Ya que el secretario de Educación, Emilio Chuayfett, reconoció que “la corrección ortográfica es el pilar más importante de la comunicación, esencial para consolidar nuestra identidad cultural”, y que “la ortografía es, en este sentido, un deber (y) un derecho de los ciudadanos libres”, PEAC exige que esa tarea de corregir quede a cargo de los correctores de estilo, quienes en su mayoría están capacitados para ello y pronto serán certificados por las instancias competentes.

A la vez, PEAC rechaza la desafortunada declaración del director de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, Joaquín Díez-Canedo, quien según reportes periodísticos dijo que: no vale la pena buscar a los responsables (de los errores gramaticales en los libros de texto) para sancionarlos, pues “podría tratarse de un corrector de estilo freelance, que gana tres mil pesos”. Tal postura evidencia un desprecio total hacia este gremio, que por criterios así ha sido marginado de la cadena de producción editorial pese a ser un eslabón importante de ella.

PEAC ha impartido cursos desde 1993 y ha formado ya tres generaciones –va en la cuarta- de correctores profesionales de estilo editorial mediante un diplomado que, con reconocimiento de la UNAM, imparte su Academia de las Artes de la Escritura; además de que junto con otros especialistas trabaja con la Cámara Nacional de la Industria Editorial (Caniem) y el Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (Conocer) para certificar las competencias laborales de este grupo, por lo que puede garantizar que tanto los egresados como los demás miembros de la Asociación están debidamente capacitados para revisar todo tipo de textos.

(tomado de Red Financiera MX)

domingo, 19 de agosto de 2012

"Querido maldito editor"

“El editor tiene que ser lo más tolerante posible con los extremismos tópicos de los autores. El editor no siempre tiene la razón, pero actúa como si él fuera dueño de la verdad. En el medio está la virtud: el autor también tiene alguna verdad, y el editor ha de estar dispuesto a entender”.

Querido maldito editor, nota de Juan Cruz en El País. Completa aquí.


martes, 5 de junio de 2012

Como un rico Dios...

"Todo  autor es como un rico Dios y al final, editado, el autor puede ser un pedigüeño. En la primera fase, antes de acabar el autor dispone todavía de todo. Después, cuando el libro es lo que es la pérdida es asombrosa. Un autor es el todo para el editor y el editor, aunque no se diga siempre, es el todo para todos..."


Vicente Verdú: "El editor nos identifica" (completo acá)

lunes, 14 de mayo de 2012

Interlínea: cultura editorial


Este lunes 14 tendremos el inicio de la serie con una entrevista a un gran editor: Jesús Anaya Rosique, y abrimos con el tema ¿Quién es el editor?, los esperamos, Lunes el lunes a las 1:30 de la tarde y sus cometarios en esta página de face o en nuestra página, repeticiones jueves a las 8 pm y sábados a las 10 pm
A través UAM Radio 94.1 FM o por UamRadio Duración: 30 minutos Horario de transmisión: Lunes 13:30 Repeticiones: Jueves 20:01 y Sábado: 22:02
Primer programa de la serie: ¿Quién es el editor? una plática con el editor Jesús Anaya Rosique. A partir de alli cada semana entrevistaremos a otros actores del medio...
Nos puedes seguir a través de nuestra página de internet http://clon.uam.mx/interlinea  o en el face de Interlínea cultura editorial 

Un programa que estará al pendiente de tus opiniones, sugerencias y discusión sobre los diferentes temas en torno al tema del libro y la cultura

lunes, 26 de marzo de 2012

ombloguismo: acerca de las revistas culturales

"Las revistas culturales que sobreviven como empresas privadas con finanzas sanas mediante la venta de publicidad se pueden contar con los dedos de una mano, debido en gran parte al desinterés de los empresarios mexicanos por apoyar la cultura y, por otra, a la incapacidad congénita de los artistas e intelectuales para actuar como empresarios culturales exitosos. Es decir, no tienen los conocimientos mínimos para realizar un plan de negocio plausible, sus objetivos y metas siempre son de un horizonte limitadísimo (sobrevivir al siguiente número), desprecian la importancia de la administración, la investigación de mercado y los sistemas profesionales de distribución y promoción, y, por lo mismo, no pueden ofrecer a sus posibles anunciantes lo que requieren: público, audiencia, lectores, a los cuales puedan hacer llegar la publicidad de sus productos..."

Publicado en Ombloguismo, de Guillermo Vega Zaragoza.

sábado, 10 de diciembre de 2011

fama

"Para alcanzar la fama no lo sé. Para ser publicado y tener lectores, escribir una buena novela. La fama se consigue más fácil participando en Gran Hermano..."


Guillermo Schavelzon, agente editorial, para El País.

jueves, 18 de agosto de 2011

De Eduardo Huchín

"El editor sabe que cada texto, como cada amigo, llega gracias a la buena voluntad y al azar, pero que esas dos potencias naturales sólo actúan a fuerza de invitaciones y memorandos. La edición es una forma privilegiada de la lectura que no deja de enseñarnos a estar solos, pero que en su dinámica también nos recuerda que hay personas reales detrás de esas palabras. Llegar a un texto, corregir un texto, platicar con un diseñador sobre la fuente con la que debería leerse un texto son maneras de pasar a alta velocidad los carriles de lo que hemos llamado vida práctica y literatura. Quizás, porque editar es un deporte extremo que implica hacer de ambas ideas un mismo viaje". 


Tomado de Tediósfera. Vayan, vayan.

martes, 24 de mayo de 2011

Tierra Adentro

"El lenguaje es concentrado, como si fuera un elixir del habla; las formas variables confieren vivacidad visual a las páginas; para componer un verso se requiere menos letra y menos tiempo; el que imprime poesía conoce a poetas, los lee y escucha, goza de su amistad", dice Juan Pascoe en entrevista a la revista Tierra Adentro, en su número dedicado a la tipografía, que no tiene pierde, con textos de Selva Hernández, Leonardo Vázquez Conde, Erick Vázquez y otros.

Varios artículos se pueden bajar en pdf en la página de Tierra Adentro, aquí.