"Estudiar para editar libros", por Nicolás Morales. Completo en Revista Arcadia.
domingo, 7 de agosto de 2016
Cambios en la profesión editorial
«Pasó el tiempo y todo mutó dramáticamente. Aparecieron colecciones sobre el libro como las del Fondo de Cultura Económica y dossiers de importantes revistas relativos a la edición. Los editores fueron protagonistas y vedettes (Herralde, Barral, Hidalgo o Borras). La técnica fue valorada. El libro no solo fue contenido, mirado por historiadores, sino también oficio, objeto y artesanía. Las miradas sobre lo editorial y sus estéticas estaban, pero no eran sistematizadas. Un ejemplo: la historia empieza a reconocer la labor de los grandes editores colombianos que antes eran invisibles. Entre cientos de casos, se me ocurren dos evidentes: Santiago Mutis con su labor en Colcultura o Felipe Escobar y Patricia Hoher en el Áncora Editores. Y en alguna parte se dirá que fue un bar de salsa del centro de Bogotá el que publicó la primera novela de Tomás González, autor hoy hurtado por Planeta por varios millones.»
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