"Nada glorioso, en cambio, es tomar un texto ajeno y firmarlo como propio. Es una confesión de impotencia. No hay mayor desgracia que el desdén de las musas, y se comprende que los desgraciados traten de consolarse con un maniquí al que le ponen lo que les gusta. Pero la desgracia empeora con el robo, que debe ser castigado legalmente o cuando menos exhibido".
"Escribir algo notable y celebrado por algunos conocedores es tan afortunado que no hace falta mucho más: basta con una buena edición. Que no salgan reseñas (o sean tontas), que no se venda mucho o que no gane premios, no es para ponerse a llorar. Pero no hay que olvidar el interés público: la injusticia a los lectores por los fraudes y ninguneos..."
Completo en Letras Libres, aquí.
Un caso personal del bloguero aquí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario