jueves, 31 de diciembre de 2015

Esto no es una ciencia

"Parece que ahora el ciclo de vida de un libro es más corto, su vida en las estanterías no es larga. Pero a veces pensamos que estas cosas son nuevas y lo cierto es que siempre han formado parte del negocio. Siempre ha habido libros que te han entusiasmado y para los que no encuentras un público. Por cada libro que funciona hay otro que no funciona, eso siempre ha pasado. Todo lo que puedes hacer es fiarte de tu criterio".

"Es alucinante lo poco que sabemos sobre lo que va a vender y lo que no. Esto no es ciencia, es cuestión de gusto". 

sábado, 26 de diciembre de 2015

Academia e institución editorial - Gabriel Zaid

Las academias nacen como tertulias de aficionados a leer, en el Renacimiento: como instituciones de la conversación entre iguales, no como membresías ostentables en el currículo.

La universidad no es académica. Adoptó el adjetivo para adornarse, cuando las academias se volvieron prestigiantes. No solo eso: trata de apoderarse de las academias, como fuente de prestigio para las carreras burocráticas internas de la universidad.

La conversación libre de las academias pasa de la tertulia a la imprenta: una tertulia invisible que se reúne sin necesidad de un lugar y momento de reunión. Eso abre el diálogo a los contertulios lejanos en el espacio y en el tiempo.

Quizá por lo indefinido de quiénes, dónde y cuándo participan en la tertulia invisible, la institución editorial no es vista como institución, a diferencia de la universidad, que tiene edificios monumentales y presupuestos monumentales.

Einstein fue reclutado por la Universidad de Berna cuando ya había publicado su primera teoría de la relatividad. El marxismo y el psicoanálisis no salieron de las universidades: entraron, después de acreditarse en el mundo de la lectura libre. Tampoco la obra de Picasso, Stravinsky, Chaplin y Le Corbusier salió de las universidades: entró.

"Instituciones de la cultura libre", Letras libres

viernes, 18 de diciembre de 2015

Una mercancía extraña

Difícilmente habrá en el mundo una mercancía más extraña que los libros. Editados por gente que no los entiende; comprados por gente que no los entiende; encuadernados, reseñados y leídos por gente que no los entiende; y ahora incluso escritos por gente que no los entiende.

G. C. Lichtenberg 
(citado por Eduardo Gil Bera)